Quiénes somos

¿SOBRE NOSOTROS?

Colectivo Azálvaro es una entidad conservacionista sin ánimo de lucro fundada en 2003, dedicada a la protección y conservación de las aves carroñeras y sus hábitats. Nuestra labor se extiende a la investigación y divulgación científica, así como a la educación ambiental y el ecoturismo sostenible.

Nos ubicamos en la comarca de Campo Azálvaro (Segovia, España), un territorio de alto valor ecológico donde desarrollamos programas clave para la recuperación y seguimiento de especies amenazadas, la mejora de hábitats y la sensibilización social.

Todas nuestras acciones directas de conservación se desarrollan principalmente dentro de la Red Natura 2000, en Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), en las provincias de Ávila y Segovia.

Nuestro ámbito de actuación en Castilla y León abarca tanto las zonas montañosas del Sistema Central, donde se encuentran las principales poblaciones reproductoras de estas especies, como extensas áreas agrícolas situadas al norte de este sistema montañoso, que constituyen sus principales zonas de campeo y alimentación.

A lo largo de estos años, hemos logrado consolidarnos como un referente en la conservación de las aves necrófagas de interés comunitario, colaborando con administraciones públicas, entidades privadas, organizaciones científicas y voluntarios que contribuyen activamente a nuestros proyectos.
Nuestro compromiso es seguir trabajando para garantizar un futuro sostenible a la fauna silvestre. Te invitamos a conocer nuestro trabajo y a formar parte del cambio.

NUESTRO ESCENARIO

El Campo Azálvaro

Campozalvaro es un vasto escenario en el cual ha tenido lugar, durante largo tiempo, un drama particular en la interrelación de las agrupaciones antrópicas con su entorno natural inmediato. Se presenta como recuerdo vivo del viejo paralelismo entre las actividades pecuarias, clave cultural desde la «revolución» neolítica hasta la abrumadora mecanización del presente pos-histórico, y las aves carroñeras, cuyo vistoso papel de agente sanitario, supone uno de los procesos capitales de transformación energética dentro de su ecosistema.

El campo Azálvaro

En efecto, hasta el puente pecuario de Las Merinas y desde las cercanas pinturas rupestres de Peña Mingubela, donde el crónico careo permitiría documentar la dinámica pastoril de las agrupaciones con metalurgia del hierro, esta estepa señala avatares del pasado en su vinculación intima al devenir de la ganadería extensiva. Es expresión de pastoralismo no nómada sino trashumante, bien de largo recorrido entre estivaderos extremeños y agostaderos serranos, bien de campiña-cordillera o bien de alcance local.

Junto a ello, supone otra sugerente muestra de fundamento al hecho de una dualidad tan despreciada como palpable, por un lado, el ser objeto de la convergencia de dos vías pecuarias básicas, la cañada de Valdeburón y el cordel de Madrid a Salamanca, entendiendo por ellas la «oficialización» de las originales rutas de comunicación terrestre entre enclaves distantes y por otro, el identificarse con la cabecera del curso del Voltoya, un hidrónimo con posible derivación parcial del vocablo latino vultur -uris que designa algunos de los representantes de la familia de los buitres.

Junto a ello, supone otra sugerente muestra de fundamento al hecho de una dualidad tan despreciada como palpable, por un lado, el ser objeto de la convergencia de dos vías pecuarias básicas, la cañada de Valdeburón y el cordel de Madrid a Salamanca, entendiendo por ellas la «oficialización» de las originales rutas de comunicación terrestre entre enclaves distantes y por otro, el identificarse con la cabecera del curso del Voltoya, un hidrónimo con posible derivación parcial del vocablo latino vultur -uris que designa algunos de los representantes de la familia de los buitres.

Así pues, Campozalvaro, como raza bovina serrana-negra y buitre leonado, alambrado por la propiedad privada y las administraciones provinciales de Ávila y de Segovia, guarda su peculiaridad actual no en su «anacrónico» modelo de explotación pecuaria, ni tampoco en su «desdeñable» importancia ornitológica, en comparación con otros enclaves también punto de encuentro en las rutas migratorias de avifauna, sino en la viable simultaneidad de ambas, su equilibrada convivencia y su perdurabilidad conjunta. Un paradigma de ahogada trascendencia en un occidente solo homogéneo por la insensibilidad de la gran infraestructura y del conocimiento virtual.

La Asociación tiene, entre otros objetivos y fines, el de la realización de actividades turísticas destinadas a la puesta en valor del patrimonio cultural o natural, incluyendo, entre otras, centros museísticos, las teatralizaciones y/o recreaciones históricas y el acompañamiento en la observación de la fauna y flora, así como actividades de educación e interpretación ambiental.

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