Escenario

NUESTRO ESCENARIO

El campo Azálvaro

Campozalvaro es un vasto escenario en el cual ha tenido lugar, durante largo tiempo, un drama particular en la interrelación de las agrupaciones antrópicas con su entorno natural inmediato. Se presenta como recuerdo vivo del viejo paralelismo entre las actividades pecuarias, clave cultural desde la «revolución» neolítica hasta la abrumadora mecanización del presente pos-histórico, y las aves carroñeras, cuyo vistoso papel de agente sanitario, supone uno de los procesos capitales de transformación energética dentro de su ecosistema.

En efecto, hasta el puente pecuario de Las Merinas y desde las cercanas pinturas rupestres de Peña Mingubela, donde el crónico careo permitiría documentar la dinámica pastoril de las agrupaciones con metalurgia del hierro, esta estepa señala avatares del pasado en su vinculación intima al devenir de la ganadería extensiva. Es expresión de pastoralismo no nómada sino trashumante, bien de largo recorrido entre estivaderos extremeños y agostaderos serranos, bien de campiña-cordillera o bien de alcance local.

Igualmente la noticia oral sobre la actual buitrera de Cespedosa (en la cordillera de Ojos-Albos) y también la frecuencia de multitudinarias concentraciones de estas aves necrófagas, que hablan, a primera vista, de los dormideros activos cercanos al puerto de Pasapán (en La Garganta del Moros) o de Majaberrea (en Aguas Vertientes) y de los núcleos nidificantes como la colonia de buitre negro de los pinares de Valsaín y en el río Moros (Segovia), o la colonia localizada en el término administrativo de Valdemaqueda (Madrid). Del mismo modo, las dos colonias con mayor población de buitre leonado, la del parque natural de las Hoces del río Duratón y las Hoces del Río Riaza situadas en la provincia de Segovia, vienen a perfilar por su parte, a este paraje como una entidad potencial para la salvaguarda primero y desarrollo después, del buitre, como su zona de alimentación y su nexo para alejadas poblaciones en expansión.

Junto a ello, supone otra sugerente muestra de fundamento al hecho de una dualidad tan despreciada como palpable, por un lado, el ser objeto de la convergencia de dos vías pecuarias básicas, la cañada de Valdeburón y el cordel de Madrid a Salamanca, entendiendo por ellas la «oficialización» de las originales rutas de comunicación terrestre entre enclaves distantes y por otro, el identificarse con la cabecera del curso del Voltoya, un hidrónimo con posible derivación parcial del vocablo latino vultur -uris que designa algunos de los representantes de la familia de los buitres.

Así pues, Campozalvaro, como raza bovina serrana-negra y buitre leonado, alambrado por la propiedad privada y las administraciones provinciales de Ávila y de Segovia, guarda su peculiaridad actual no en su «anacrónico» modelo de explotación pecuaria, ni tampoco en su «desdeñable» importancia ornitológica, en comparación con otros enclaves también punto de encuentro en las rutas migratorias de avifauna, sino en la viable simultaneidad de ambas, su equilibrada convivencia y su perdurabilidad conjunta. Un paradigma de ahogada trascendencia en un occidente solo homogéneo por la insensibilidad de la gran infraestructura y del conocimiento virtual.

Referencia del texto: Asociación cultural Colectivo Azálvaro:
“Vultur-Voltoya. Proyecto sobre la interrelación de pastoreo y aves carroñeras”, en CAMPO AZÁLVARO Y PUENTE DE LAS MERINAS.

El Colectivo Azálvaro agradece en nombre de todas las aves carroñeras que surcan los cielos, como recursos sanitarios y estéticos de nuestros paisajes, tu aportación. Sin la cual nuestras actuaciones nunca conseguirían convertirse en realidad.

Valores ambientales

El territorio donde el Colectivo Azálvaro desarrolla sus proyectos se encuentra en un área de alto valor ecológico dentro de Castilla y León. Está designado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) «Campo Azálvaro-Pinares de Pegruerinos» y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Además, se sitúa en la Zona Periférica de Protección (ZPP) del Parque Nacional Sierra de Guadarrama y de la Reserva de la Biosfera «La Granja-El Espinar».

Esta zona es crucial para la conservación y recuperación de especies animales, especialmente las aves carroñeras de interés comunitario. Alberga el embalse del Serones, declarado Zona Húmeda de Interés Especial, y el entorno del río Voltoya, incluido en áreas de protección para la Cigüeña negra y catalogado parcialmente como Área Crítica para su conservación. También existen áreas clasificadas como Área Crítica de Águila Imperial Ibérica.

Se encuentran amparadas según distintas figuras de protección:

  • Buitre Leonado (Gyps fulvus): Especie en régimen de protección especial.
  • Buitre Negro (Aegypius monachus): Vulnerable.
  • Alimoche (Neophron percnopterus): Vulnerable.
  • Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti): En peligro de extinción.
  • Águila Real (Aquila chrysaetos): Especie en régimen de protección especial.
  • Milano Real (Milvus milvus): En peligro de extinción.
  • Milano Negro (Milvus migrans): Especie en régimen de protección especial.

Singularidad ornitológica

El Campo Azálvaro destaca por su singularidad ornitológica, sirviendo como importante lugar de nidificación, descanso y concentración para aves reproductoras, migradoras e invernantes, tanto ibéricas como de otras latitudes, manteniendo interacciones tróficas con ellas. Sus pastizales naturales, las prácticas agrícolas tradicionales en desuso y el aprovechamiento silvopastoral, junto con su clima mediterráneo semiárido frío, han favorecido una valiosa comunidad de avifauna ligada al pastizal, lo que ha llevado a su designación como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) «Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos» y Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Este amplio valle de alta altitud, caracterizado por extensas llanuras de pastizales con el río Voltoya como eje central y limitado por las sierras de Malagón y Ojos-Albos, incluye el embalse de Serones (Zona Húmeda de Interés Especial) y un tramo del río Voltoya (Zona de Importancia y Área Crítica para la Cigüeña negra). También existen áreas clasificadas como Área Crítica de Águila Imperial Ibérica. Estas designaciones reconocen la presencia de importantes poblaciones de aves de conservación prioritaria.

A pesar de su valor, la ZEPA de Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos enfrenta amenazas recientes como la pérdida de prácticas agrícolas tradicionales, la sobrecarga ganadera con vallados inadecuados, la instalación de parques eólicos y tendidos eléctricos peligrosos, así como la urbanización cerca del embalse del Serones. Estos factores están provocando alteraciones en el pastizal y las poblaciones de aves, afectando el estado biológico de este valioso espacio.

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