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Los animales muertos, al campo

Los animales muertos, al campo

A pesar de la mayor permisividad de la nueva legislación sobre alimentación de especies necrófagas de interés comunitario, el número de aportes de animales provenientes de explotaciones autorizadas para su uso en ZPAEN o depositados en muladares sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades alimenticias de aves carroñeras en todas las provincias de Castilla y León y de forma más acentuada en las de Salamanca, Ávila, Zamora, León, sur de Palencia y norte de Burgos. Solo la provincia de Segovia se acerca a una gestión encaminada a lograr los objetivos marcados en la normativa, con 270 explotaciones autorizadas y 18 muladares autorizados, entre los que se cuentan los de la red de puntos de alimentación específica gestionados por el Colectivo Azálvaro a través de su sistema ARCAN.

Desde «Colectivo Azálvaro» se entiende que el abandono de cadáveres de animales en el campo y la existencia de muladares es «imprescindible» para la supervivencia de las especies necrófagas. En este sentido, esta entidad conservacionista dice estar poniendo todo su esfuerzo en implantar un sistema que convierte a los muladares en «puntos destinados a la alimentación de las especies más vulnerables de la acción humana». A dichos muladares deberían ir a parar cadáveres de animales, pero siempre de una forma controlada, atendiendo a las necesidades detectadas de las especies a las que se pretende beneficiar.

A su entender, esa política permite que la base principal de la nutrición del buitre leonado sean los restos de ganado y fauna silvestre disponibles en el campo, posibilita la supervivencia de individuos jóvenes de águila imperial ibérica, ofrece al buitre negro alimentación alternativa a la que halla en los vertederos y facilita al quebrantahuesos el éxito en su larga etapa de dispersión, «y quizá su asentamiento en el Sistema Central». «Este modelo de gestión, basado en las necesidades de cada especie, obtendrá un éxito pleno como herramienta de conservación cuando se constituya en norma general para todos los territorios», concluyen desde «Colectivo Azálvaro».

José Aguilera, presidente del colectivo, advierte del déficit alimenticio de calidad que sufren las especies necrófagas de interés comunitario, como el Buitre negro o el Alimoche, las cantidades aportadas a raíz de la aprobación del decreto 17/2013 «siguen estando lejos de las necesidades alimenticias» en toda Castilla y León, por lo que anima a ganaderos a solicitar autorización para volver al sistema tradicional en ZPAEN, beneficiándose de la extensión del plazo hasta el 31 de diciembre del 2016.

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