Conoce más sobre las Aves Carroñeras
A continuación les presentamos alguna de las especies de aves más asiduas de las Áreas de Alimentación Suplementaria o Lugares Destinados a la Alimentación de Aves Necrófagas (muladares).
Destaca el buitre leonado por su amplia distribución y también por el tamaño de sus colonias. Normalmente, tras la detección de un cadáver por algún ejemplar, en cuestión de minutos van llegando nuevos individuos que han detectado el movimiento de los primeros hacia ese punto, llegando a congregarse decenas de individuos que se disputan los mejores bocados entre graznidos y picotazos. Los cuerpos serán despachados en cuestión de horas, siempre tratando de mantener las jerarquías en lo relativo al orden de acceso al alimento.
Junto a estas ruidosas aves también se benefician de estos espacios los otros necrófagos estrictos, a saber, el buitre negro, y muy puntualmente, el alimoche. Estas tres especies son esencialmente las necrófagas por excelencia, encuentrandose en gran parte del territorio de Castilla y León, pero también frecuentan los muladares otras aves de presa menos especializadas que encuentran en ellos un suministro de alimento en forma de carne muerta, que complementa el aporte proteico que obtienen de las presas que cazan habitualmente.
De ellas son las dos especies de milano y el águila real las que se dejan ver más a menudo por estos espacios, no siendo tampoco infrecuente el avistamiento de algún ejemplar de águila imperial que gracias a esta fuente compensan la escasez de conejos de buena parte de sus territorios. Tampoco hay que olvidar que en muchos de los casos, tanto en campo abierto como en el propio muladar, son los córvidos los primeros en iniciar el festín, debido también a que despliegan una actividad más ligada al suelo que las grandes rapaces. De este modo cornejas, cuervos, urracas, grajillas, arrendajos y chovas ejercen, con importancia dispar en función del hábitat afectado, una importante labor de limpieza de despojos de animales de pequeño tamaño, a la vez que atraen la atención de las grandes aves necrófagas hacia los cadáveres más voluminosos.
1 / Alimoche
Es el buitre europeo más pequeño. Su silueta en vuelo es muy característica, destaca la cola en forma de cuña, la cabeza pequeña y el pico largo y fino, las alas con su forma ancha terminadas en unos “dedos” largos y finos muy fáciles de ver desde lejos, los adultos tienen el plumaje más contrastado de todos los buitres europeos, el blanco cremoso del cuerpo y el negro del exterior de las alas, la cabeza y el penacho del cuello claros; contrastando con los jóvenes que en el primer año son totalmente marrones. Cría en cuevas y agujeros de cortados en lugares tranquilos, generalmente un solo pollo y excepcionalmente pueden criarse dos. No es colonial con los de su especie (no suelen criar varias parejas juntas) pero si que comparte territorio y paredes con otras especies de aves de roquedos, buitres leonados, halcones y cernícalos, córvidos, etc.
Es carroñero que se alimenta principalmente de los pequeños restos de los animales muertos que pueden estar esparcidos por el campo. En los grandes festines tiene que esperar a que los grandes buitres se alimenten y luego entra después.
Se encuentra muy amenazado en todo el territorio de la Península y en las zonas de invernada, su población se ha reducido drásticamente por el uso del veneno, las electrocuciones y golpes con tendidos eléctricos y molinos, además de las alteraciones de sus hábitats naturales y de sus fuentes de alimento. Cada vez es más difícil poder ver criar a esta especie y más fácil no encontrarlos el siguiente año en la pared donde tiene el nido.
Texto: Paloma Fraguio
2 / Cuervo
El cuervo es fácil de distinguir por su gran tamaño, superior al de rapaces como milanos o águilas calzadas. Su color es negro uniforme y brillante. En vuelo es fácil de reconocer por la forma de la cola con aspecto de rombo. Desde el comienzo del invierno se puede oír su sonoro grito de celo, como un carraspeo que muchas veces emite mientras vuela.
En su cabeza destaca el potente pico, que le permite acceder a gran variedad de alimentos. Su dieta es muy variada e ingiere desde semillas o frutos, hasta insectos y pequeños animales. Las basuras y los animales muertos son una buena fuente de proteínas que no desaprovechan, por lo que son visitantes habituales de los muladares.
Después de asegurarse de que no hay peligro suele ser de los primeros en llegar a los animales muertos. Su pico, a pesar de su fuerza y tamaño, sólo le permite acceder a las partes más blandas como el morro o los ojos del cadáver. Para llenar el estomago no le queda otro remedio que esperar la llegada de los grandes buitres que rompen el pellejo de cualquier animal sin grandes esfuerzos.
En ese momento los cuervos intentarán aprovechar todos los despojos y competirán astutamente con los buitres para merodearles los bocados más apetecibles. Con frecuencia les picotean, les tiran de las plumas y les molestan hasta arrebatarles algún trozo.
Si consiguen comida suficiente la ocultarán rápidamente en las inmediaciones.
Texto: Javier Diez González
3 / Buitre leonado
sus alas enormes; al verlos desafiar al viento, al que dominan; al ver su silueta estampada a gran altura en el cielo, mientras escudriñan una inmensa superficie con su vista varias veces más potente que la del hombre; al observar los ruidosos combates que acompañan a sus impresionantes festines, pueden dar una sensación de fuerza, de majestad y de poder. Pero no nos engañemos: su especie sigue siendo vulnerable.
La situación mundial de los buitres es seguramente la peor de la historia. El declive sin precedentes en tantos lugares, puede pasar también en España, donde sobreviven las mayores poblaciones de Europa (y para el buitre leonado, posiblemente del mundo). La historia muestra que no deberían ignorarse los síntomas que se detectan en grandes colonias muy bien censadas y seguidas, como la del Refugio de Montejo y su entorno (hoces del Riaza); a cuyo estudio y defensa he dedicado, durante más de 34 años, casi toda mi vida.
Ya mucho antes, en las sierras andaluzas y centrales, realicé mis primeras observaciones sobre estas aves extraordinarias, que desde pequeño me impresionaban profundamente. Los buitres, aliados del hombre desde la más remota antigüedad, simbolizan un mundo salvaje y hermoso del que forman parte; y deben seguir cumpliendo su misión.
Texto: Dr. Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo.
4 / Águila real
Para distinguirme volando fijaros en mi cabeza que sobresale notoriamente, mi cola rectangular, más larga que las de otras águilas y buitres y en mis alas largas y anchas.
De cerca fijaros en mis garras, amarillas, imponentes, con plumas hasta los dedos y con uñas poderosas. Mi pico es curvo y acerado, pudiendo medir 6 cms.
Mis ojos son redondos, brillantes, de color avellana y me permiten ver liebres a 3 Km. de distancia.
Estas armas me permiten cazar de todo, pero tampoco desdeño la carroña.
Mis padres tuvieron una existencia errática hasta la madurez sexual -4 ó 5 años-, en que decidieron instalarse en un macizo montañoso. En diciembre iniciaron el cortejo con espectaculares vuelos, toques de garras, acompañado de manifestaciones sonoras: Kia, Kia, Kia..
Mi cuna fue un amasijo de palos y ramas secas en una cornisa inaccesible, tapizado con pinocha o gayuba, y allí a mediados de marzo realizaron la puesta, dos huevos de color blanco sucio que fueron incubados durante 42 a 44 días. Nací la primera y eso me salvó la vida. Tres días más tarde nació mi hermano, pero entre la escasez de comida y alguna reyerta familiar falleció antes de la tercera semana de vida. Por desgracia lo más normal en mi especie es que solo sobreviva un pollo. Mi padre, más ágil, cazaba las presas y mi madre, de mayor tamaño, las descuartizaba en diminutos pedazos. Yo era una bola de algodón de 130 g. de peso pero que comía de todo: zorros, conejos, urracas, lagartos, corvidos, etc.. En el nido estuve 65 días y con mis padres hasta noviembre. Mi plumaje juvenil es muy llamativo: blanco en la raíz de la cola y base de las alas en contraste con el resto de mi plumaje de color pardo oscuro, casi negro.
He sobrevivido a venenos, escopeteros, todo terrenos y pistas, fotógrafos irresponsables, etc.. Hoy busco pareja para instalarme en alguna serranía y aumentar la riqueza faunística de la zona, eliminar animales enfermos y contribuir al equilibrio natural. Soy el águila real, la reina de las aves, símbolo de una Naturaleza hermosa, salvaje e indómita, pero cada día más amenazada y escasa, por eso desde lo alto de mi cantil proclamo: “Protege la Naturaleza y disfrútala”.
Texto: Aurelio Dueñas Buey
5 / Buitre negro
Se encuentra catalogada como Casi Amenazada a escala mundial y en España como De Interés Especial. Su principal causa de mortalidad es el veneno, y otras amenazas importantes son la eliminación sistemática de carroñas y la gestión inadecuada de los montes.
Se distribuye por el norte de China hasta Grecia, pasando por Mongolia, Siberia, Afganistán, Irán y Turquía, mientras que a partir de Grecia y hacia el oeste hay una zona muy amplia sin presencia de la especie hasta el sur de Francia y España. La población española en 2006 se estimó en 1.850-2.450 parejas, distribuidas por el cuadrante suroccidental de la península Ibérica y Mallorca. Las áreas de reproducción están ligadas a los sistemas montañosos con bosques densos de encina, alcornoque y pino entre los 400 y los 1.900 m.
En la sierra de Guadarrama se asienta una de las poblaciones más importantes, con unas 165 parejas entre Madrid y Segovia que crían sobre pinos silvestres, además de unas 100 parejas más en la cercana sierra de Gredos y sus estribaciones. Gran parte de su área de campeo se encuentra en la provincia de Segovia.
Las áreas de alimentación se sitúan en ambientes no forestales – monte bajo, pastizales o dehesas más o menos abiertas–, siempre ligadas a zonas con abundancia de conejo o de ganado, a veces con cierta dependencia de los muladares. Se alimenta de carroñas de todos los tamaños, pero selecciona preferentemente mamíferos pequeños y medianos.
Los adultos son sedentarios y permanecen todo el año ligados a la colonia, aunque en ocasiones pueden pasar varios días seguidos fuera de la misma desplazándose de modo habitual hasta a 60 km para buscar alimento. Los jóvenes se pueden dispersar a grandes distancias, hasta a 600 km y de forma excepcional pueden llegar al África subsahariana y norte de los Pirineos.
Es una especie colonial, si bien hay parejas que se reproducen separadas de las grandes colonias. Las parejas permanecen ligadas a su nido todo el año, aunque lo frecuentan con mayor intensidad a partir de enero. La puesta es de un único huevo y se realiza desde primeros de febrero hasta final de abril. La incubación dura unos 55-60 días y el desarrollo del pollo es de 95-110 días hasta el primer vuelo.
El buitre negro se reproduce por primera vez a los cinco o seis años de vida. En cautividad alcanza 39 años de vida. Es frecuente observar interacciones en carroñas con buitres leonados, alimoches, milanos y córvidos, y en raras ocasiones con quebrantahuesos. Resulta dominante sobre todas estas especies y las agresiones en las carroñas son habituales entre miembros de la misma especie y con buitres leonados. A menudo se desplaza en solitario; a veces se observan pequeñas agrupaciones junto a carroñas o en dormideros. Suelen realizar los movimientos dispersivos en solitario, aunque luego se reúnan con otras aves en otras áreas de reproducción, de alimentación o dormideros.
Texto: Javier de la Puente
6 / Urraca
Su aprovechamiento y accesibilidad a todo tipo de alimento en su dieta, la presentan como una especie con carácter omnívoro, sumado a su adaptabilidad a las alteraciones del medio y su alta tolerancia a la presencia del hombre, hace que ocupe un variado número de hábitats o medios en su distribución espacial.
Se puede ver durante todo el año, ya que es sedentaria. Suele encontrarse con preferencia en zonas adehesadas, bosquetes y espacios abiertos dedicados a la agricultura con abundancia de setos y grupos de árboles dispersos, vegas fluviales con huertos, frutales y sotos, etc. Siendo también común en zonas urbanas, en parques y jardines.
Es frecuente verlas, en el suelo avanzando a pequeños saltos, alzando y agitando su cola con frecuencia; alrededor de caminos y carreteras, buscando alimento por sus hábitos carroñeros, o en bandos desplazándose de un árbol a otro. Prácticamente se nutren de todo, pero por regla general se alimenta de insectos, coleópteros en especial, que le atraen por sus vivos colores; también integran su dieta gusanos, caracoles y vertebrados de pequeñas dimensiones; sin menospreciar la fruta, bayas y cereales.
Las urracas por regla general viven casi siempre formando grupos familiares, en ocasiones muy numerosos. A finales de otoño, se congregan al descanso nocturno en “dormideros” de vegetación arbórea, festoneándolo en un teatro de sombras multitud, ruidosas y agitadas. Al parecer, una vez constituida la pareja, los cónyuges ya no se separan de por vida.
Texto: Jose Aguilera Diez
7 / Milano Negro
No es raro ser confundido con mi pariente el Milano rojo. Mi cola es un rasgo muy distintivo: marcadamente triangular y con el borde distal ligeramente escotado, mientras que la de mi hermano presenta una gran y marcada escotadura, además de su coloración rojiza.
Allí lejos, al sur del Desierto del Sahara, durante el invierno, me resguardo del frió y la falta de alimento de que carecen las latitudes norteñas.
Bien entrado el mes de Enero, sin perder ni un minuto, formamos las primeras partidas en pequeños grupos, pues no solemos viajar en solitario, y nos ponemos rumbo al Norte. Aquellos con la capacidad física necesaria para afrontar y vencer el paso del Sahara, una gran barrera de paisajes tan bellos como inhóspitos, continuaremos viajando fieles a nuestro destino, la tierra prometida que nos vio nacer.
A mediados de enero y principios de febrero, los mas apresurados llegamos al lugar donde dos mares se funden en un eterno beso para unir a dos continentes enfrentados y hacer posible el milagro de la migración. Serán las míticas Columnas de Hércules, Yebel Musa y Yebel Tarik (Gibraltar), testigos mudos de todo tipo de migraciones entre dos orillas, la puerta de entrada para el milano negro a la Europa occidental. Una vez más nuestra condición física, y las condiciones meteorológicas del Estrecho, determinarán nuestro paso de una orilla a la otra.
Volando ya sobre Europa el siguiente paso será establecernos en nuestras áreas de cría. Los más viejos y experimentados solemos ocupar nuestros territorios habituales de reproducción, incluso las mismas plataformas donde años anteriores hemos sacado nuestras puestas adelante. Además, tenemos por costumbre ser bastante fieles a nuestra pareja, a veces de por vida.
Después de todos los obstáculos superados durante nuestra travesía por tierra, mar y aire, seria fatal no disponer de los recursos, la paz y espacios necesarios para llevar a cabo nuestra función como parte integrante de la cadena biológica de la que formamos parte.
Estamos adaptados a vivir prácticamente en toda clase de terrenos, si bien tenemos predilección por las arboledas próximas a zonas de monte bajo, cultivos, pastizales, vegas fluviales y núcleos de población, preferentemente rural. Solemos elegir para anidar desde grandes pinos como los piñoneros (Pinus pinea), hasta alcornoques (Quercus suber), encinas (Quercus rotundifolia) incluso robles (Quercus robur).
Nuestra dieta está poco especializada, comemos básicamente de todo, ya sean seres vivos o muertos (reptiles, insectos, batracios, peces, aves, mamíferos,….). Podríamos decir que somos muy oportunistas, y tenemos predilección por animales heridos o débiles y enfermos, ya que son victimas fáciles de apresar. Con ello eliminamos animales que podrían transmitir enfermedades a otros sanos, y también a los más débiles y poco adaptados. A pesar de ser un ave de presa, nuestra modesta talla de rapaz grácil y poco portentosa hace que el tamaño de nuestras presas suela ser más bien pequeña.
Las carroñas de animales de ganadería y de las bestias como caballos, mulos o burros, son una fuente de alimento muy importante para nosotros.
Disponemos de muy poco tiempo para iniciar y culminar con éxito todo el proceso reproductor, por lo que, iniciamos los cortejos de donde surgirán nuevas parejas y se reforzarán lazos entre las mas veteranas. Prácticamente en poco más de tres meses, los más afortunados habrán conseguido llevar a buen término todos sus esfuerzos reproductores. Otros en cambio, habrán sufrido peor suerte.
Tras superar, o no, con éxito toda la etapa reproductora, sin perder un segundo, empezamos a preparar nuestro viaje de vuelta hacia latitudes tropicales del África subsahariana, confiando en un invierno benévolo, rico en abundancia de alimentos y lugares llenos de paz para el descanso.
En los últimos días de junio, alguna que otra avanzadilla, iniciamos el viaje rumbo al Sur, pero sobretodo será a partir de mediados de julio, y hasta principios de Octubre, cuando centenares de escuadrones formados por miles de “almas negras” cruzarán el Estrecho de Gibraltar, o Mesina, o el Bósforo, para decir un hasta pronto con la promesa del retorno siempre presente.
Desde los mas viejos y experimentados milanos hasta los que salieron del huevo y conocen la sensación de volar por primera vez, todos emprenderán el viaje de sus vidas, un periplo que no estará exento de dificultades y pruebas de superación, un ir y venir continuo, un viaje que convertirá a los mas fuertes, a los mas valientes, en unos verdaderos nómadas del viento.
Texto: Salvador Solís Gómez
8 / Grajilla
Ampliamente distribuida por toda la región mediterránea y gran parte de la Península Ibérica, habita en zonas de campiña, estepas cerealistas, acantilados, y en zonas muy próximas al hombre como catedrales, cortijos, almacenes de grano y edificios abandonados. El tamaño de la población suele depender del número de cavidades disponibles y suele existir competencia con otras especies trogloditas (Chova Piquirroja, Cernícalo Vulgar y Cernícalo Primilla), aunque no existe evidencia de que sea responsable del declive de estas poblaciones.
Al ser un ave omnívora, se alimenta fundamentalmente de granos, semillas, insectos y restos de comida; incluso a veces ingieren pequeñas piedras (gastrolitos), que facilitan la trituración de semillas y granos. Se la puede ver comiendo por el suelo, picoteando todo aquello que encuentra, como frutas cultivadas o silvestres, y es posible verlas merodeando alrededor de buitres y otras aves carroñeras de mayor tamaño, esperando su turno para alimentarse de pequeños restos de comida sobrante.
Es un ave muy social, se alimenta en bandos y, especialmente en otoño, forma grandes agrupaciones durante el ocaso para dormir en arboledas o parques. No es normal ver a un individuo en solitario. También es una especie monógama y muy gregaria, pudiendo llegar a contarse hasta cientos de ejemplares sobre la copa de un árbol o sobrevolando su territorio. Frecuentemente forman band o s alimenticios mixtos con otras especies, sobre todo otros córvidos como la Chova Piquirroja y la Graja.
Su voz, inconfundible y con tonos agradables, consta de una gran variedad de sonidos diferentes, seguramente como consecuencia de su carácter social, principalmente durante la época de reproducción. En las proximidades del nido, como parte de las relaciones entre macho y hembra, y de la pareja con otras próximas, se pueden escuchar muchos sonidos diferentes que indican una comunicación compleja. A veces, da la sensación de que parlotean juntas “en voz baja” cuando están posadas.
Texto: Juan Herranz Clemente
9 / Corneja
Normalmente habita en zonas boscosas, alternadas con claros y prados para así poder buscar el alimento en donde más le gusta, en el suelo. La veremos con una pose erguida y atrevida caminando con grandes y firmes pasos, buscando todo tipo de invertebrados, huevos, grano y hasta cualquier resto que aparezca en su camino. Quizás este amplio abanico de posibilidades a la hora de alimentarse halla hecho que sea perseguida y maltratada, y de ahí que su comportamiento suela ser cauteloso y tímido, eso si, la encontremos confiada y mansa en parques y jardines urbanos.
Nidifica en árboles altos, la hembra pone hacia finales de marzo o comienzos de abril 5 ó 6 huevos verdosos con manchas oscuras, que incuba de 17 a 20 días, mientras el macho la alimenta.
Las cornejas suelen vivir solitarias o en parejas que se conservan durante toda la vida, aunque a menudo forman grupos para dormir o alimentarse, sobretodo en invierno, época en la que podemos disfrutar viéndolas en grandes bandadas de hasta incluso centenares de individuos. Es un comportamiento curioso que adoptan muchas aves, se piensa que porque les proporciona más seguridad; al haber muchos individuos juntos siempre alguno esta alerta mientras otros comen o descansan, igualmente la unión de grandes bandadas confunde a los depredadores y hace que las cornejas se encuentren más seguras y tranquilas entre sus familiares.
La corneja nos brinda su presencia durante todo el año y en cualquier momento puede aparecer, sola o acompañada emitiendo sus sonoros y metálicos graznidos.
Texto: Francisco Cruces Villalba
10 / Milano real
Continuamos en años posteriores realizando el seguimiento de los dormideros de las poblaciones invernantes y de los nidos de las poblaciones reproductoras, analizando la sangre de pollos y adultos para conocer su estado de salud, colocando marcas alares a pollos y acabamos marcando 30 individuos adultos con emisores para saber de qué mueren los milanos segovianos.
Sin embargo este agradable y bonito trabajo empezó a tornarse oscuro cuando empezamos a comprobar que de las 500 parejas de Milanos reales que estimaba Javier Viñuela en año 1994 apenas nos quedaban 80 en el 2004, y un lento pero incesante goteo hacía desparecer los años siguientes muchas de las parejas conocidas en 2004. También tras 4 años de censos simultáneos de dormideros, pudimos ver cómo se habían reducido tanto el número de dormideros como de milanos invernantes, especialmente en la zona del llano y Tierra de Pinares.
Posteriormente gracias al radioseguimiento comprobamos como el veneno cinegético sigue matando al 33% de los individuos reproductores cada año y de los pollos marcados pocos regresan a sus lugares de nacimiento, lo que hace inviable las poblaciones segovianas de Milano real. Sólo un ejemplo, de la colonia de milano real del Caserío de Allas, 30 parejas en 1992, ya sólo nos queda una.
Y lo que es tan preocupante como el veneno, las antaño abundantes poblaciones del llano y la tierra de pinares prácticamente han desaparecido, debido a su dependencia de los muladares en un medio donde la agricultura intensiva y el regadío han hecho desaparecer hace tiempo a sus presas naturales. El cierre de los muladares dio la puntilla a estas importantes poblaciones ya golpeadas duramente por el veneno ya sea cinegético o para matar a los topillos que han prosperado gracias a esta agricultura intensiva.
Ya sólo nos quedan Milanos reales en las dehesas de fresnos y melojos del piedemonte y la sierra donde todavía pervive una ganadería extensiva, donde vacas y ovejas modelan un hábitat ideal para la especie y el milano puede encontrar suficiente comida sin necesidad de recurrir a los desaparecidos muladares.
Al menos comprobamos con alivio que la salud de los milanos que quedan es buena, no estando su sangre contaminada por pesticidas, plomo,…
Una vez más los datos mostraban que la ahora denominada Biología de la Conservación es simple y contundente, los problemas de las especies en peligro de extinción suelen ser fundamentalmente dos: tener comida y que no los maten.
Los Milanos reales podrán seguir con nosotros si conseguimos acabar con la lacra del veneno, solucionar el absurdo problema de los muladares y mantener y promover una ganadería y agricultura extensiva que ha permitido que nuestro país sea el más rico en biodiversidad de toda Europa.
Ahora la vida nos ha llevado lejos de “nuestros milanos segovianos”, pero hacemos votos para que en el futuro el destino nos vuelva a juntar, y que podamos trabajar para solucionar los simples pero a la vez complejos peligros que les persiguen.
Texto: Luis Bolonio Álvarez & Iris Esperanza Cardiel Olmedo